Quisiera
escribir un poema sobre nada.
Alienado con
la nada en la que nada mi vida,
película
extranjera sin subtítulos,
donde cada
pequeño gesto sabe a final,
zozobro,
atado de pies y manos,
en la misma
habitación sin luz.
Llanto
ahogado en la almohada,
herida
invisible que busca desesperadamente sanación,
como el
cansancio de un viejo día que amanece
sin traer
reposo ni regocijo.
Nada puede
ahora hacer que nada se vuelva algo,
ni siquiera
mis bienamados libros,
en los que
tanta felicidad hallé otrora,
pues un
silencio sin esperanza se cierne
sobre mi
apatía y mi temor sin causa.
Estoy en
exilio de mí mismo,
en el
esplendor de mi juventud marchita,
abandonado a
las alas grises del tiempo,
viviendo un
momento que parece equivocado,
rodeado de
amor, lleno de miedo.
Yo, que vivo
estas cosas,
puedo
contároslas aquí, sin miedo.
Solo esto
puedo ofreceros:
algo de honestidad
y unas buenas palabras
con las que
desvelar la belleza oculta
que nos
habita a todos,
sin saberlo.
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