Ven a probar
este dulce néctar
que se te ha
dado siempre.
Ven a
beberlo a tragos largos,
saciando
toda tu muerte.
Ven a probar
el azúcar,
el ácido, la
savia, la pimienta.
Ven a probar
la sal del mundo
que se te
regala a manos llenas.
Ven a probar
todas las especias
hasta
empacharte.
A veces
parece que ya no puedes más
“ya he
tenido suficiente de esto”,
pero la vida
sigue trayéndote aromas,
riquezas,
rarezas, racimos, rizomas.
La vida nunca
deja de cantar su melodía
atronadora,
incombustible, invencible.
Sigue bebiendo
de su dulce néctar
hasta despertar
al fin de la tumba.
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