La brisa me
lleva como hoja sin suelo.
Danzo en el
aire sin sol, calladamente.
Siento el
sabor del otoño levemente
caer de las
estrellas de este cielo.
El frío me
acaricia las orejas
con sus
luces nocturnas.
La tiniebla
del alma ya descansa
en su centro
vacío.
Duerme todo
mi ser en este Tuyo,
que no
quiera yo más que ser tu siervo
y dueño de
lo que me diste: viento,
rumor,
silencio y mundo.
Me encantan tus poemas dulce yago
ResponderEliminarGracias dulce anónimo!!! 😘
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