Piensas que lo sabes todo,
pero cuando
por fin llega el momento,
estás inerme
y solo.
Cuando la
vida se expresa con tanta intensidad
que parece
que estás cargando con toda la Tierra
(tú que nunca
pudiste levantar mucho peso)
y que los
mil demonios hacen una fogata en tu pecho,
no hay
protocolo ni magia que te salve.
La angustia te
arrasa a su paso,
como una
borrasca sin piedad,
arrojando
sombras futuras,
regalando el
amargo dulce del pasado.
¿Quién puede
tenerse en pie en ese torbellino?
Lo más irónico,
al parecer, es que no hay torbellino.
Solo alguien
teniendo una pesadilla.
Piensas que
lo sabes todo,
pero no
sabes que lo que piensas jamás fuiste tú.
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