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domingo, 3 de mayo de 2015

Memento mori

Antes tenía mucha confusión,
no podía saber qué me gustaba
ni en qué año o qué sitio me encontraba,
huérfano de cualquier dulce pasión.
Preso como enjaulado gorrión, 
de alejar pensamientos yo trataba
en los que un negro fin me acorralaba,
mas volaban por mi imaginación.
Ahora ya no tengo esa visión,
mis sombras ya no son delirios locos,
saludables memento mori son.
Y parece mentira que los pocos
miedos que hacen saltar mi corazón
aporten claridad, más que sofocos.