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domingo, 18 de febrero de 2018

Ulises vuelve a casa



                                           A Homero.

Mientras la dulce Eos,
la de rosados dedos,
toca la lira del cielo,
el ingenioso Odiseo
cruza el vinoso Ponto
y se dirige solo
hacia su añorado hogar.

Ya divisa a lo lejos
la isla de sus sueños
y, con su velera nave
adelantando a las aves,
pisa por fin el suelo
querido de los huertos
donde solía jugar.

Con las barbas al vuelo
y los hombros cubiertos
por el gran manto del sol,
semejante en todo a un dios,
llega ante su palacio
y ve justo en el patio
a varios Pretendientes.

Con la broncínea espada
su justicia desata
y se derrama la sangre
del egoísmo y sus males
como si fuera vino
corriendo como un río
que cae en la escalinata.

Ulises deja atrás
la puerta sin cerrar
y fugaz como una estrella,
con sus relucientes grebas,
da muerte a todo el resto
de falsos caballeros
que no supieron amar.

Sin dejar de correr,
encuentra a su mujer,
la fiel y hermosa Penélope,
en esa alcoba de tréboles
que la memoria guarda
intacta con la cama
solo deshecha por él.

Venciendo todo obstáculo,
cortando los tentáculos
de su propios monstruos fieros,
vuelve el divino Odiseo
a unirse con su esposa
que, siempre silenciosa,
le ofrece su eterno amor.

martes, 13 de febrero de 2018

Propósito feliz



Dicen que mi país se llama España,
mas yo sé que mi patria verdadera
no aparece en los mapas.

¿Cómo puedo ir hacia allí entonces?
Si ahora vivo aquí, en esta caverna
de miedo e ignorancia.

Quiero salirme de este oscuro engaño,
de este mal sueño, arduo laberinto
que siempre acaba en muerte.

La buena nueva es que no estoy solo,
que cuento con un fiel guía infalible,
el Espíritu Santo.

Él me liberará de las cadenas
que yo mismo fragüé, para llevarme
en sus alas gentiles.

Juntos escaparemos de la niebla,
y sobrevolaremos las fronteras
hasta llegar al Padre,

esa patria querida de vergeles
y fuentes que rebosan siempre paz.
Lugar ameno y santo.

Desde ahora, entrego totalmente
mi vida a este propósito feliz:
conocerme a mí mismo.

martes, 6 de febrero de 2018

Nieve


Es la nieve una especie de milagro
que cae del cielo y que hermosea el mundo
con su manto inmaculado.

Es la nieve una especie de milagro
que devuelve a los niños la sonrisa
y a los adultos la esperanza de vivir
algo bello que les quede en el recuerdo.

Es la nieve una especie de milagro
para los que aún piensan que el mundo
es más real que cualquiera de sus sueños.

Es la nieve una especie de milagro,
un silencioso aleluya que se va desgranando,
lenta, infinitamente, hasta bendecirnos a todos
con su tierna gracia de cuento infantil.

Es la nieve una especie de milagro
que despierta en nosotros el deseo,
ardiente y certero, de fundirnos a besos.