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viernes, 15 de agosto de 2014

Y sin embargo.



Detrás de cada palabra, silencio;
Detrás de cada cuerpo, vacío;
Detrás de cada objeto; espacio;
Detrás de cada minuto; ahora.
Existe, después piensa.
Muere, después ama.
Prueba a quemarte en el fuego que te devolverá al hogar de las cenizas
O a ahogarte en la corriente que te llevará a la otra orilla.
Luego sufre o ama –que es lo mismo- y mírate en el espejo del universo.
Allí encontrarás la luz y la sombra que nos pertenecen,
te concebirás como una mitad llamada Deseo que siempre busca lo otro,
te admirarás del misterio inefable de la verdadera vida
(la que teje con hilos invisibles los fragmentos hechos de muerte).
Al fin y al cabo, venimos del mismo lugar, ¿recuerdas?
Pero te diré, por si te sirve de consuelo, que yo también he caminado sintiendo que se abría bajo mis pies un abismo infinito.
También esto hay que aceptarlo: somos nada, nuestras empresas son vanas, la realidad es fantasía, la vida es sueño…
Y sin embargo.

lunes, 11 de agosto de 2014

Ficciones sin futuro

Nuestras miradas naufragan en la incomprensión.
Pero date cuenta de que esta incomprensión es, en último término, una ficción.
Cualquiera de las palabras que has dicho esta noche podría haberla pronunciado yo ahora;
estos pensamientos que arrojan sombras en mi alma, ya se han posado en la tuya mañana.
Mente y tiempo son las dos caras de una moneda que solo puede comprar infelicidad.
Observa cómo las emociones te invitan a un vals que no tienes por qué bailar,
cómo los impulsos los programaste en un tiempo que tu memoria ya no alcanza,
cómo las ideas son los hilos que mueven tus manos y pies, marioneta sin futuro.
Accede al lugar donde uno y su opuesto es lo mismo, donde la frase ya no tiene sentido,
donde la imagen trasciende el lenguaje, donde la palabra señala al silencio.
Este lugar sagrado, íntegro, es el escenario donde la vida interpreta todos sus papeles.
Todos somos ese lugar, cualquier microcosmos es ya el cosmos, el orden supremo de deslabazada apariencia. Tú eres el universo, por eso no sabes quién eres.




domingo, 10 de agosto de 2014

Un pequeño acto poético

Si sigo arañando esta oscuridad con los dientes es porque aún creo en la luz.
Pasos vacilantes trazan la senda del rojo mañana sin dejar huella.
Tus labios cristalinos conocerán mejores tierras, donde no crezca la maleza.
Si te parezco interesante, tal vez atractivo, si mi sombra no te asusta demasiado, 
te invito a que te cobijes en ella y llores el presente que nunca tuvimos.
Cada pálpito es agotador, cada mirada que cruzamos me abrasa de vergüenza,
cada momento, cada momento, cada momento zozobra en la inconsciencia,
roza con sus alas una fibra del corazón o destruye llanamente una vaga esperanza. 
Quiero decirte que tu fuego ya no me quema, que he hallado un refugio para todas tus inclemencias,
que prefiero la niñez para mirar la vida adulta.
Este pequeño acto poético, que es solo un juego solitario, lluvia que ahora moja y al doblar el verso estará seca, sólo se acerca a ti para regalarte una melodía engañosa, una escalera que se romperá en el último peldaño, precipitándote en el dichoso vacío.
Pero antes de que nuestro contacto termine, como todo termina, déjame decirte algo: si alguna vez te despiertas ámame, pero que no se te olvide hacerlo ahora, por favor, ahora, que mañana ya no seremos.