Quien ha visto tus ojos lo ha visto todo. ¿Y qué puedo decir yo que tanto los he navegado, que
tantas veces me he perdido en ellos? Puedo decir que observarlos con
atención no me ha revelado su secreto. Muy por el contrario, cada vez que los
miro la respuesta se aleja más, se vuelve más inasible. Pero sé que en ellos se
oculta la verdadera vida. Cuando no los miro, estoy muerto. (Porque tú ya sabes
que esto que llamamos vida es un espejismo móvil, un juguete con el que a duras
penas nos entretenemos, mientras lo importante se nos escapa. La verdadera vida
siempre está más allá de lo conocido.) Pero tus ojos –que siguen mirándome-
saben más que yo y más que tú y más que todo el mundo. Son tan simples, tan
bellos, tan indescifrables. Atesoran una luz que nunca se apaga. Ellos son, al mismo tiempo, enigma y verdad.
Espacio literario de juego y reflexión donde se publican fragmentos, poemas, microcuentos, sentencias y otros textos del autor.
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martes, 27 de enero de 2015
lunes, 26 de enero de 2015
A un amor que nunca fue.
Soñarte tan
alegre,
Sentirte tan
viva,
Verte tan
feliz,
Tus ojos
alguna vez miraron a los míos con ternura, con curiosidad, con belleza o todo fue
una imaginación mía.
Alguna vez
esa piel de melocotón en tus brazos se estremeció al sentir la mía.
Soñarte tan
dichosa,
Sentirte tan
tú,
Verte tan
radiante.
Y sin
embargo ya no más mía,
ya no más en
mi vida,
ya no más
nosotros.
Pero quiero que
sepas que mi corazón junto al tuyo (aunque ya no a su lado) se alegra.
domingo, 25 de enero de 2015
El falso reconocimiento
Uno va paseando por la
calle y ve a dos en un cruce. Uno piensa que dos se parece a ella y, además, le
mira largamente y casi sonríe, como reconociéndole. Pero al cabo de unos
segundos de palpitaciones, uno observa cómo dos aparta sus ojos de él,
desinteresada. Entonces, uno se da cuenta de que dos no es ella y parece que
dos se ha dado cuenta también de que uno no es el chico que había pensado que
era al principio.
A veces dos personas confunden mutuamente sus rostros con los
de otros dos que ambos conocen. Me pregunto si en esta incognoscible ciudad
habrá alguien que se parezca a mí en muchos más sentidos de lo que yo desearía;
alguien que, sin saberlo, imite mis modos y casualmente repita mi vida o una
muy semejante. No es descabellado pensar que en un universo tan poblado como
el nuestro haya alguien que sólo se diferencie de nosotros en ese lunar o en el
color de los ojos. El mundo es un lugar tan extraño… ¿Quién sabe lo que habrá
al otro lado del espejo?
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