Vistas de página en total

domingo, 10 de agosto de 2014

Un pequeño acto poético

Si sigo arañando esta oscuridad con los dientes es porque aún creo en la luz.
Pasos vacilantes trazan la senda del rojo mañana sin dejar huella.
Tus labios cristalinos conocerán mejores tierras, donde no crezca la maleza.
Si te parezco interesante, tal vez atractivo, si mi sombra no te asusta demasiado, 
te invito a que te cobijes en ella y llores el presente que nunca tuvimos.
Cada pálpito es agotador, cada mirada que cruzamos me abrasa de vergüenza,
cada momento, cada momento, cada momento zozobra en la inconsciencia,
roza con sus alas una fibra del corazón o destruye llanamente una vaga esperanza. 
Quiero decirte que tu fuego ya no me quema, que he hallado un refugio para todas tus inclemencias,
que prefiero la niñez para mirar la vida adulta.
Este pequeño acto poético, que es solo un juego solitario, lluvia que ahora moja y al doblar el verso estará seca, sólo se acerca a ti para regalarte una melodía engañosa, una escalera que se romperá en el último peldaño, precipitándote en el dichoso vacío.
Pero antes de que nuestro contacto termine, como todo termina, déjame decirte algo: si alguna vez te despiertas ámame, pero que no se te olvide hacerlo ahora, por favor, ahora, que mañana ya no seremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario