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domingo, 25 de enero de 2015

El falso reconocimiento



Uno va paseando por la calle y ve a dos en un cruce. Uno piensa que dos se parece a ella y, además, le mira largamente y casi sonríe, como reconociéndole. Pero al cabo de unos segundos de palpitaciones, uno observa cómo dos aparta sus ojos de él, desinteresada. Entonces, uno se da cuenta de que dos no es ella y parece que dos se ha dado cuenta también de que uno no es el chico que había pensado que era al principio.

A veces dos personas confunden mutuamente sus rostros con los de otros dos que ambos conocen. Me pregunto si en esta incognoscible ciudad habrá alguien que se parezca a mí en muchos más sentidos de lo que yo desearía; alguien que, sin saberlo, imite mis modos y casualmente repita mi vida o una muy semejante. No es descabellado pensar que en un universo tan poblado como el nuestro haya alguien que sólo se diferencie de nosotros en ese lunar o en el color de los ojos. El mundo es un lugar tan extraño… ¿Quién sabe lo que habrá al otro lado del espejo?

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